Normalmente,ésta frase se asocia al estado monetario en el cual se encuentra la gente una vez pasadas las fechas navideñas,incluyendo que estrenar año acaba derivando en que los precios también aumentan.
En mi caso,se refleja en el caos emocional.Entrenamientos cada vez más exigentes,tensión,estress,intriga....un cúmulo de sensaciones que en muchas ocasiones me hace dudar acerca de mi estado de forma.Para comprobarlo,no hay mejor examen que una competición.Por eso,como cada temporada y desde que debutamos en la Copa de la Reina,mi test se centra a finales de Enero.
Ésta vez fue diferente,y no solo la propia carrera,sino todo el trayecto hasta pisar tierras Valencianas.Por desgracia,fuimos víctimas de Spanair,lo que conllevó una llegada al hotel a las 3 de la madrugada con la consiguiente paliza del retraso que tuvimos en el aeropuerto debido a la espera de las reclamaciones,más el viaje en coche desde Madrid.
Por suerte,corren buenos tiempos para el Piélagos,y gracias a la veteranía sumado a la juventud,conseguimos arrancar las fuerzas necesarias para auparnos hasta el sexto puesto quedándonos muy cerquita del cuarto y el quinto.
Por mi parte,un manojo de nervios,pero muy contenta con el resultado.Primer puesto en los 3000,en una carrera en solitario desde el pistoletazo de salida,y marcando unos esperanzadores 9'11"05.
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